Sé que mi vida no está en ningún
lado, mejor dicho no está aquí, que no pertenezco a ningún sitio, ni al norte
ni al sur, ni al cielo ni al infierno, que pude ser muchas cosas, pero sin
embargo no fui nada.
Estoy solo aquí, y vine a vivir, a
poder sentir, por más vueltas que mi cabeza da, no doy crédito a lo que mis
ojos ven, o pueden ver, o lo que mi corazón siente o deja de sentir, lo que de
verdad vale la pena.
Tal vez suene un poco patético,
pero es mi verdad, una realidad, que no se sabe si es dulce o amarga, si es
blanca o negra, si tiene futuro o sin futuro, o si puede ser verdad o mentira,
o si puede estar caliente o fría.
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