
Estiro los dedos para alcanzarte, pero ya no puedo ni rozarte, te escapas, me rehuyes. Eres como una luz sedosa que nunca puede apresarse. Tú allí, lejano, inalcanzable. Y yo siguiendo tu estela en vano. Todo estuvo en nuestras manos: El placer, el cariño, la ilusión. Dos manos entrelazadas. Dos sueños hechos realidad. ¿Era esto amor?, pregunto. La soledad no sabe responderme. La soledad calla y me ignora. Fuimos tú y yo, partes de un todo. Sola, sin ti, sin fuerzas ni esperanza la tristeza me envuelve como una fría y densa niebla. Ya no te tengo y me pregunto: ¿Fue amor? ¿El amor es esto? Un vivir muriendo, una locura inexplicable, un desangrarse sin el otro...
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