Visitas.

miércoles, 16 de junio de 2010


Estiro los dedos para alcanzarte, pero ya no puedo ni rozarte, te escapas, me rehuyes. Eres como una luz sedosa que nunca puede apresarse. Tú allí, lejano, inalcanzable. Y yo siguiendo tu estela en vano. Todo estuvo en nuestras manos: El placer, el cariño, la ilusión. Dos manos entrelazadas. Dos sueños hechos realidad. ¿Era esto amor?, pregunto. La soledad no sabe responderme. La soledad calla y me ignora. Fuimos tú y yo, partes de un todo. Sola, sin ti, sin fuerzas ni esperanza la tristeza me envuelve como una fría y densa niebla. Ya no te tengo y me pregunto: ¿Fue amor? ¿El amor es esto? Un vivir muriendo, una locura inexplicable, un desangrarse sin el otro...

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